domingo, 26 de julio de 2015

Sufre mamón


“Sufre mamón” ha sido el título elegido para el segundo musical que ha dirigido Xavi García. Tras el primer proyecto, “Cómo pudiste hacerme esto a mí”, este artista, los alumnos del colegio Divina Pastora de Monóvar y otros jóvenes han querido repetir experiencia. Ayer, 25 de julio, tuvo lugar la representación de esta obra en el “Teatro Principal” de Monóvar con dos sesiones, a las 18.00h y a las 21.00h.

“Sufre mamón” se estrenó con el teatro a rebosar  y un público lleno de expectativas. El guion estaba repleto de guiños hacia costumbres, lugares y elementos típicos del municipio, cosa que acercaba al espectador la acción. Las risas se sucedieron a lo largo de los dos actos acompañadas de grandes canciones como la que da nombre al musical, un medley de Grease o “Thriller” de Michael Jackson. Quizá el guion pecó de falta de dirección o encadenamiento de los diferentes sucesos, pues parte del público al final de la representación no fue capaz de definir la trama concreta.

En cuanto a los actores, hubo grandes sorpresas, como Raúl Gil, que brilló por su naturalidad y desparpajo sobre el escenario. Su personaje ha de encontrar el valor de confesar a su padre, un hombre un tanto rudo, su homosexualidad, cosa que representó a la perfección.  Ángel Aso y Julia Esteve también  realizaron un gran trabajo basado en una interpretación desarrollada desde la interiorización del personaje y una muy buena vocalización. Entre el elenco más veterano, llamó la atención Carlos Maluenda, quien sorprendió a los presentes con un papel bastante contrario a su personalidad pero que llevó a cabo con una profesionalidad notable.

    


Algunos actores durante la representación

Así  mismo, hubo varios colaboradores que no se pusieron en la piel de un personaje muy distinto al suyo y que hicieron que al público se le abrieran los ojos como platos. José Miguel Sánchez, uno de los sacerdotes del pueblo y las pedanías, fue el encargado de oficiar la boda entre dos de los protagonistas y lo hizo con mucho ritmo en las venas y con un gran humor. Por otro lado, Tomás “el escandalós” dio el toque satírico durante el final del segundo acto con sus frases típicas “monoveras” y con su particular tono de voz que no necesita de micrófono para ser oído en un teatro entero.

  

Fotos de las escenas con José Miguel Sánchez y Tomás "el escandalós"

Respecto a la parte musical, quizá las voces en playback restaron autenticidad y frescura a la obra. Además, cabe destacar que muchos de los actores tenían talento suficiente para defender con éxito los temas en directo. Aunque las coreografías compensaban esto, ya que estaban muy bien elaboradas y la coordinación entre los bailarines era óptima en bastantes ocasiones, cosa que asegura que varias componentes del elenco estudian danza. La aparición de una niña que realizó acrobacias en cintas también logró que los espectadores dejaran volar su imaginación a la vez disfrutaban de la belleza del espectáculo.

Acróbata con cintas


En cuanto a los decorados, los fondos se realizaron mediante proyección, cosa que moderniza la obra, pero también complica otros aspectos como los cambios de escenas. El público veía directamente los cambios de decorados físicos o tramoya, lo cual no es demasiado estético.

Pero en general, los asistentes pasaron un rato muy agradable y desconectaron de los problemas para dejarse llevar con las bromas de los protagonistas, que en alguna ocasión representaron escenas de películas o series conocidas de manera irónica. Además, hay que destacar que este tipo de actividades fomentan el compañerismo y aportan valores a los jóvenes que participan, cosa que hay que agradecer en los tiempos que corren. Por lo tanto, el público ha de valorar no sólo la representación en sí, sino también la labor educativa y de formación personal que se lleva a cabo con estos talleres, pues tanto los que dirigen como los que actúan y colaboran no hacen más que disfrutar y trabajar sin contribución alguna por un proyecto en el que vuelcan su ilusión y su tiempo.




                                                                                                         
(Al ser una representación no profesional no pondremos nota, porque no sería justo comparar una obra amateur con una profesional, pues no poseen ni los mismos recursos técnicos, ni materiales, ni experiencia).

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